6.11.2015

La curiosidad de un niño que mató al gato

Alóo

La escuela primaria en donde imparto clases de inglés se encuentra localizada en una zona quizá no muy agraciada de la ciudad. Algunos de los niños que asisten a clases suelen vivir en familias en las que el maltrato (físico o verbal) es algo común, así como también la casi inexistencia de modales y lenguaje formal para dirigirse a los adultos. Estos comentarios los realizo no para hacer un juicio sobre ellos, sino para que puedan comprender un poco mejor el trasfondo de la situación que ocurrió hoy con uno de los alumnos.

Durante el recreo unas niñas de segundo año recurrieron a mi para platicar que un niño de quinto año le había lanzado piedras a un gato. Al principio no entendía bien a que se referían, a esa edad aún no saben expresarse con gran amplitud, así que les pedí me llevaran a donde había ocurrido aquello. 

Habiendo llegado al lugar, me encontré con unas niñas de sexto año quienes me contaron todo. Resulta que el perro de Aarón, aquel niño que ejecutó la "travesura", había logrado a entrar a la escuela. Mientras jugaba con su perro, acompañado de algunos de sus compañeros de clase, se percataron de que había un gato detrás de unos salones, por lo cual decidieron ir a verlo y echarle al perro para armar una pelea. El gato supo defenderse dando unos arañazos al canino, y ahí entró Aaron al "rescate" propiciando pedradas al pobre gato quien terminó agonizando frente a un montón de alumnos de diferentes grados.

Lamentablemente cuando llegué ya era tarde. No supe si alguien intentó detenerlo en su momento, o si todos lo observaron con indiferencia, o peor aún, si reforzaron su comportamiento por medio de gritos de emoción. Lo único que pasaba por mi mente era cuestionar a aquel chico para saber porque había actuado así. Para mi sorpresa, las respuestas que me dio fueron en su totalidad incoherentes y cínicas, sin negar el acto cometido, resultó inútil dialogar con él.  

Me quedé con la esperanza de que fuera castigado por su maestra titular de grupo, ya que esa parte no me correspondía a mi, sin embargo me entristecí al ver que ella dejó pasar la situación como si nada hubiera ocurrido.

6 comentarios:

  1. La crueldad hacia los animales es irreprochable para mí, no era tu responsabilidad pero de verdad que esto a mí me mata ...
    Intenta dialogar con las niñas que fueron a avisarte, al parecer tienen más consciencia de lo que está bien o mal, al menos para que no imiten a ese niño.

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    1. La maestra de segundo año supo actuar de manera correcta y organizó una tarea para que los niños de su salón por medio de carteles promoviera el respeto a los animales :)

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  2. No sé qué pensar...creo que si yo hubiese estado ahí tendría impotencia de no lograr hacer que el niño entre en razón y más aún pensando en cuántos niños viven esas cosas con normalidad.. ugh.

    Por cierto, que bonito escribes !

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    1. Es complicado aveces interactuar con los niños. Es difícil saber que es lo que piensan y a su vez darles un trato que no los vaya a dañar.

      Jajaja, gracias por el halago :)

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  3. Que lastima, entiendo el problema y a lo que te enfrentas. Mi madre es profesora y tiene que luchar contra estas barreras sociales todos los días. Yo siempre pienso que mejor es marcar la diferencia y dar las gracias de que tenemos mayor comprensión y entendemos lo que esta mal y lo que esta bien. Tu puedes mejorar las actitudes del resto si te lo propones (:

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    1. Claro, a veces uno no puede arreglar a todo el mundo, pero mínimo podemos hacer la diferencia día a día.

      Gracias por tu comentario.

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